Pabellón de las Carrozas

Pabellón de las Carrozas

Inaugurado el 19 de abril de 1973 por Pablo VI, el núcleo central de la colección está constituido por la magnífica Berlina de Gran Gala, construida en Roma en 1826 por León XII. Asimismo, son notables las nueve berlinas ceremoniales que pertenecieron a Pontífices o Príncipes de la Santa Romana Iglesia, como la del card. Luciano Luigi Bonaparte, que recibió como regalo de su primo Napoleón III, emperador de Francia.
Además de las carrozas de “protocolo” se exponen también dos históricas berlinas de viaje, una utilizada por Pío IX a su regreso del exilio después de los motines revolucionarios de la República Romana, la otra utilizada para el último viaje como “Papa Rey”. Todas estas carrozas, incluidas las sillas de manos, los vestidos cortesanos y los arreos para los caballos, son un testimonio histórico de la movilidad pontificia. En efecto, también forman parte de la colección algunos automóviles, que señalan el progreso.
La entrada en el Vaticano del primer automóvil, matrícula Cuerpo Diplomático 404, tuvo lugar poco después del inicio del pontificado de Pío XI, cuando la Asociación de Mujeres Católicas de Milán donó al Papa un Bianchi Tipo 15, mientras que con la firma de los Pactos Lateranenses (1929) las principales empresas automovilísticas internacionales empezarán a competir para donar sus mejores coches. Así llegó el Graham Paige 837 y el Citroen Lictoria C6, proyectado expresamente, así como el primer Mercedes, el 460 Nürburg limousine diseñado por Ferdinand Porsche. De la “flota automovilística” de los Museos Vaticanos forman parte también el Mercedes 300 Sel, el Fiat Campagnola vinculado al atentado que sufrió Juan Pablo II en 1981 en la Plaza de San Pedro, tres Papamóviles (Land Rover, Toyota y Mercedes 230 GE), el último Maggiolino producido por Volkswagen en México en 2003 y el Renault 4 que el Papa Francisco recibió como regalo en 2013.