Sello cilíndrico
Sello cilíndrico
Los sellos cilíndricos se utilizaban desde el III milenio a.C. en Mesopotamia para autenticar los documentos y sellarlos. El funcionario encargado de la operación en cuestión utilizaba el cilindro como una firma y lo llevaba colgado del cuello.
En estos objetos, realizados en piedras duras, a menudo preciosas o semipreciosas, como esteatita, andesita, lapislázuli, cornalina, así como hueso, marfil y, en casos especiales madera, se grababan representaciones mitológicas, simbólicas, rituales o heráldicas.
El desarrollo histórico de la glíptica mesopotámica permite seguir la evolución de los temas representados en los sellos; la selección expuesta ilustra los períodos Uruk Tardío hasta la Edad Persa (3300-333 a.C.).
El ejemplar D184, grabado en lengua acadia, muestra una escena de presentación con divinidades masculinas: el visir bifronte Usmu está frente al dios Ea, representado en su morada rodeada por las aguas. Otra figura arrodillada portaestandarte se encuentra en la entrada de la casa del dios.