Brazo Nuevo

Brazo Nuevo

El regreso de Francia de las obras confiscadas por Napoleón hizo necesaria una reorganización de las colecciones pontificias y se consideró oportuno la construcción de un nuevo sector de escultura clásica. El papa Pío VII (1800-1823) encomendó la tarea de crear el llamado Brazo Nuevo del Museo Chiaramonti al arquitecto romano Raffaele Stern; al fallecer Stern en 1820, el trabajo lo continuó Pasquale Belli hasta su inauguración en febrero de 1822. La decoración fue supervisada por la Comisión de Bellas Artes, presidida por Antonio Canova y formada a su vez por Filippo Aurelio Visconti y Antonio D'Este.
La nueva construcción del siglo XIX, que se puede considerar uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura neoclásica de Roma, se situó entre las galerías del Museo Chiaramonti y del Museo de la Biblioteca Apostólica.
Las líneas arquitectónicas, el uso abundante del mármol, en gran parte de colores y proveniente de edificios de edad romana, crean un entorno antiguo ideal que pretende recrear con las esculturas un contexto lo más parecido posible al original. Incluso el suelo tiene esta función, con grandes losas de mármol que enmarcan mosaicos romanos. A lo largo de las paredes hay frisos de estuco, realizados por Francesco Massimiliano Laboureur e inspirados en famosos relieves antiguos.
El edificio se compone de una galería de 68 metros, cubierta por una bóveda con casetones y claraboyas; en el centro, por un lado se abre un semicírculo y por el otro una serie de escalones que permiten el acceso al monumental pórtico que se asoma al Patio de la Piña. Las paredes están divididas por veintiocho nichos que contienen estatuas de dimensiones mucho mayores que las reales, como los retratos imperiales y las réplicas romanas de famosos originales griegos. En las estanterías y en las semicolumnas los bustos que se exponen constituyen una galería de personajes famosos de la antigüedad.